Tuvimos esa noche hermosa de fiesta y amigas. Vos dándome la mano, pasando tu brazo por detrás de mi espalda, bailando conmigo delante de todos. Confieso que, desde la muerte de mi viejo, esa fue la primera noche que me sentí viva otra vez. Así de mucho es lo que producís en mí.
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