Estaba muy triste, tratando de entender por qué no contestás mis mensajes, me acosté a dormir una siesta y soñé con vos, soñé que me dabas bola. Estábamos en una especie de viaje, me parece que éramos un grupo de amigas compartiendo una casa. Vos me acariciabas y, en una posición inverosímil, apoyabas tu rostro contra mi pie, podía sentir tu cabello suave haciéndome cosquillas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario