Siempre supe vivir sin vos -o convivir con tu ausencia- y no se detuvo mi vida las veces anteriores que desapareciste sin decir "chau" ni mirar atrás. Pero esta vez, beso de por medio y palabras añejas de más, la resignación no llega con la misma suavidad y entereza que en tiempos pasados. Más bien se va instalando espasmódicamente en mi rutina, llena de racionalizaciones sobre el destino, el ser y el no-ser.
Y es un poco triste darse cuenta que si M. no me hubiera entrenado tan bien en la disciplina del desapego y del corazón coraza, seguramente estaría volviendome un poco más loca y acosándote un poco más también. Pero él me enseñó y yo aprendí bien.
Así que así estamos. Y seguramente así estaremos.
1 comentario:
Ya veo que las dos estamos regresando más o menos juntas!!!
Pd: cuidado con lo que se busca que, en muchas ocasiones, se deja encontrar ;)
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