sábado, 6 de septiembre de 2014

"Nos sobran los motivos"

Y una, o más bien yo, se cree tan superada, sólo porque se levanta temprano, trabaja, estudia, hace gimnasia y sigue respirando. Pero una, o más bien yo, llega tarde al trabajo, se duerme para ir a clases, falta a supervisión, se manda mocos.

Entonces, como si todo esto fuera poco, los otros parecen darse cuenta de que una no anda del todo bien. Así que hoy en el trabajo, cuando salgo a fumar, mi jefa sale detrás mío y me pregunta:
- ¿Bereniz, qué te anda pasando? se te nota rara ultimamente.
- Nada... -¿No me habré puesto suficiente corrector de ojeras hoy?, pienso- Nada... corté con mi novio hace unos días y... 

Voz quebrada, el nudo que tenía en la garganta explotó en un río de lágrimas ante los ojos de mi jefa, en la puerta del laburo. A ese nivel llega una en el colmo del corazón roto. Mi jefa, muy compasiva por supuesto, me dio unas palmaditas en la espalda y citó las frases hechas infaltables en el Protocolo Del Abandonado.

Que patética. Y una que piensa que estos ataques son propios de la adolescencia, exclusivamente.

2 comentarios:

Miguel Ángel Quinteros dijo...

y una, como vos, que es humana, y piensa y siente y extraña y sufre y tiene todo el derecho a parecer patética ante los demás, aunque no lo sea, por que la razón no responde al corazón, y el sentir es de adolescentes, de toda la vida adolescentes

Once And Again dijo...

Yo me largué a llorar desconsoladamente de la depiladora, nunca me gustó llorar cerca de la gente que quiero, ni de nadie que tenga el minimo de autoridad requerido para consolarme, asi que ese dia lloré todo lo que duro el turno, sintiendo que era imposible contener tristeza y vergüenza, por suerte me hizo doler bastante también, como cambiar un dolor por otro, pero de fiorma muy bizarra