Yo no quería quererte ¿sabés? y en eso radica el eje de todo. No voy a engañarme pensando que estaba mejor sin vos, para nada. Pero una va consumiendo anestesias varias que le permiten sobrellevar los acontecimientos lo mejor posible, sin sufrir demasiado ni ser feliz. Dejé atrás cualquier sentimiento exagerado, el idealismo de luchar por las causas perdidas y el optimismo para saltar con ojos cerrados a la pileta del amor. Si, tan burda la metáfora, pero te lo digo así porque me gustaría que entiendas.
Pero apareciste vos, con esa ternura que te caracteriza, y se fue todo a la mierda. Apareciste es sólo una manera de decir, porque en realidad ya estabas. Te conocí y quise tenerte en mi vida, sin saber muy bien de qué manera. Pero no te tuve, o no nos tuvimos. Hasta ahora.
¿Por qué ahora? Me doy cuenta de que ya estás instalado en mí porque cuando miro un poquito para atrás, esos últimos dos años de cuerpos, soledades y paliativos, tengo inevitablemente la sensación de pasado. De que ahora es distinto y de que soy distinta otra vez.
Pero yo no quería quererte, ni que te instales en mí. No porque no seas luminoso y cálido, todo vos un ser tan amable, sino porque yo ya no creo en los finales felices ¿entendés? Entonces ¿para qué todo?
Me doy cuenta de que ese es el razonamiento que usó L. conmigo. Que después yo me repetí mil veces para entender el abandono. Y a fuerza de repetírmelo a mí, ahora te lo repito a vos. Y me odio profundamente por hacerlo. Pero es que yo no quería quererte ¿entendés?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario